Esa que queda reducida a dos maletas de 23 kg cada una. En
total 46 kg y una mochila de recuerdos de 27 años vividos.
¿Que qué es lo que ocupa todo el espacio que
ha quedado vacío? La mayor de las ilusiones y las ganas de querer disfrutar de
cada nueva sensación que me ofrezca esta aventura: encontrarme una foto que no
hice viajando los 11700 km de distancia que me separan de la tierra de la que
provengo y a la que tengo tanto que agradecerle y que reprocharle; escuchar La Negra Tomasa y sentirme en casa; volver
a ver a esa amiga que me presentó este país y sembró en mí la semilla del
cariño que le tengo (a su tierra y sobre todo a ella); comprar milhojas de
dulce de leche (jefe, tú me lo enseñaste); compartir un tang con ese amigo compañero de investigación y viajes al (mi)
paraíso (particular); conocer al que un día me resolvió dudas por teléfono (me
alegro de conocerte compañero); sorprenderme parada en una calle llena de
colores sobrecogida por la inestable perfección de tantos pequeños detalles;
esperar nerviosa a que llegue el fin de semana y tantas y tantas cosas que se
me escapan y tantas otras que están por venir.
Gracias Chile, por todo lo que me has dado en tan poco
tiempo, y gracias a ti por dármelo todo :)