jueves, 28 de noviembre de 2013

Lección magistral


Hoy he conocido a una persona que me ha hecho sonreír.
No podía imaginarme lo que iba a suceder. La había visto antes: risueña, charlatana, menuda.
Su historia me hizo ver lo pronto que olvidamos lo que realmente importa. Su sinceridad, su fuerza, sus ganas de vivir a pesar de todo, me contagiaron de alegría. Porque muy pocas son las personas afortunadas capaces de verlo todo tan claro.

¿Y tú, a qué te dedicas?: a hacerle la vida feliz


Gracias S., por haberme dado esta lección magistral

miércoles, 27 de noviembre de 2013

Luvina (y yodo aquello que Juan Rulfo me contó)


Resultará fácil ver las cosas desde allí, meramente llevadas por la imaginación, pero no tienen parecido ninguno. Pero a mí no me cuesta ningún trabajo hablarle de lo que sé tratándose de Luvina…

Yo la soñé.Intenté dibujarla pero apenas pude retratarla. Y no es hasta ahora, amigo mío, que me doy cuenta de que es imposible dibujar el aire espeso y el ruido sordo que lo envuelve a uno cuando está allí. Porque a uno le cuesta trabajo respirar entre tanta desolación pesada, Porque nada más llegar uno se siente cansado, como si los años le hubieran venido de golpe, como si el camino hubiera sido demasiado largo.

Y aunque uno lo intente, la voz no le sale del cuerpo: el viento pellejo le roba las palabras a uno y se alimenta de uno, y precisamente lo envuelve y lo aplasta y lo retuerce para llevarlo a la locura y hacerlo gritar, gritar con muchas ganas para robarle de una vez el alma, porque ese aire espeso y denso  se le mete por dentro y lo posee a uno, y es ahí compadre, cuando uno está perdido. Yo así lo vi.

Porque Luvina sufre. Yo diría que es la pena. Yo diría que es la desilusión. Yo más bien diría que es el desamor. Porque allí estuve yo compadrito. Porque fui buscando la muerte. Porque al llegar no pude gritar fuerte porque rompí  a llorar y abracé la tierra, y de rodillas la regué con mi agua, y me aferré a la piedra pelada, y de tanta soledad que ella vio, aun más grande que la suya, se compadeció la muy insensata y me abrazó, y yo perdí la conciencia de tanto dolor y al despertar estaba vivo, resguardado y protegido por las piedras que se amontonaron a mi alrededor y me consolaron, abrigándome del frío intenso de la intensa noche hambrienta.


Pero quiero darle un consejo, ahora que Luvina ya se me metió dentro: no la invoque compadrito. Déjela en el olvido y huya porque si su aire denso  lo atrapa, como le estaba yo diciendo, no podrá volver atrás. 

viernes, 15 de noviembre de 2013

Ta n' ta tata



Ta n' ta tata: corchea, silencio de semicorchea, semicorchea, corchea, corchea

Un paso ta n' ta tata
Dos pasos ta n' ta tata
Tan lejos pisé ta n' ta tata
Tres pasos ta n' ta tata
Cuatro pasos ta n' ta tata
Tu me quisiste ta n' ta tata
Cinco pasos ta n' ta tata
Tanto me alejé ta n' ta tata
Seis pasos ta n' ta tata
contar mas no se ta n' ta tata
Mil pasos ta n' ta tata
¿Y cuando volverás? ta n' ta tata
¿Un día o jamás? ta n' ta tata

A veces una onomatopeya simplifica las cosas
Para mí esta embriagadora canción de Soha siempre se llamará ta n' ta tata 

[Hay que cerrar los ojos y repetir ta n' ta tata mientras se escucha por segunda, o quincuagésima vez]
Ta n' ta tata


:)